martes, 27 de mayo de 2014

EL ABUSO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS LLEVA AL FRACASO ESCOLAR

Bien es sabido que el uso de las nuevas tecnologías puede ser muy beneficioso tanto para el docente como para el alumno, por ser un recurso fácil de emplear, muy llamativo para los niños, además de contener la información de lo que queramos con solo hacer un clic.
En el siguiente artículo proveniente de grupo de universitarios de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra, en San Sebastián, a partir de 320 encuestas realizadas, comprobaremos como el abuso de este material didáctico, puede suponer un arma de doble filo para el profesor, viendo desmejorada las calificaciones de los alumnos.


"Según los datos ofrecidos por Tecnum, los estudiantes que han tenido un suspenso utilizan las nuevas tecnologías más de tres horas diarias; los que llegan a las cuatro horas acumulan tres y los que tienen cuatro o más asignaturas pendientes se acercan a las cinco horas. La mayor parte del ocio dedicado a este apartado corresponde a televisión e Internet, aunque la relación más clara se da entre el número de suspensos y las horas que dedican a Internet, con un incremento lineal."

No es el único estudio que relaciona las nuevas tecnologías con los suspensos. El informe de Tecnología Educativa 2008, presentado la semana pasada por la CECE, concluye que el problema de España no es de falta de equipos, sino de cómo se utilizan.

"Por otra parte, según la revista especializada Magisterio, los colegios que disponen de más ordenadores por alumno obtuvieron los peores resultados en el último informe Pisa".

Lo que nos lleva a plantear una serie de cuestiones acerca de la revolución tecnológica en las aulas, y los beneficios que acarrearían la dotación a cada alumno de un ordenador portátil.

En concreto, los datos basados en los resultados medios de los colegios españoles señalan que el aumento de un ordenador para cada diez alumnos en un centro se relaciona con una bajada del rendimiento medio del centro de 15 puntos. El estudio no concluye que los ordenadores sean negativos para el aprendizaje, sino que en España, de momento, no se ha encontrado la fórmula para aprovechar este recurso.

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